Dos cuentos, dos canciones 

Yasmina Escalona Moyano

Coordinadora de la escuela de Cuentoterapia de Madrid. Ilustradora.

Fina Mudarra García

Maestra de educación musical y cuentoterapeuta.

 

La amiga fiel, mujer montaña es

 

Comienzo con una confesión sobre mis sentimientos más íntimos hacia “La amiga fiel” y es que, aún tengo esa parte mental apolillada y hetero patriarcal, con tufillo a cerrado... barruntando que la amiga fiel es excesivamente sumisa y que su querida amiga es solapadamente controladora, y que la amistad que se muestra no es tal leal ni tan fiel,-¡¡seguro que al final del cuento un giro inesperado confirma triquiñuela!!-. Sí, estoy en proceso de limpiar la mirada que me impide ver mujeres salvajes, hermosamente salvajes. Y avanzo que en este cuento no existe ese giro dramático que muestra a mujeres compitiendo; esa triquiñuela estaba sólo en mis prejuicios.

Este cuento es complejo, requiere detenerse a observar fuera de la niebla, en profundidad, y requiere trabajo personal previo. Creo que es de los cuentos más incómodos que conozco, y también impopular. Puede escocer al ser comparado con la visión de la mujer que encontramos dentro y fuera de los cuentos; mujer a la que se le asigna papel de madrastra cruel o huérfana desvalida, expresión polarizada del egregor sexista que hemos alimentado tanto. En esta visión enfermita somos malas o tontas sin término medio y, para colmo de males, la presencia de la mujer y la serpiente en un mismo texto, me llevaba simbólicamente al jardín de Edén y, cómo no, a esa primera mujer que come del fruto prohibido en el relato del Génesis.

Recuerdo las palabras que Dios le dedica a la mujer:

“Te daré más trabajo

y multiplicaré tus embarazos;

y con todo y tu duro trabajo,

tendrás también que dar a luz a los hijos.

Desearás estar con tu marido,

pero él te dominará a ti”

Toda esta disertación es un pequeño fragmento del tremendo camino que me hizo recorrer “La amiga fiel”, un canto de sororidad, de hermandad femenina y del ánima, muy alejado de ese folklore cristiano apostólico que me sesgó de niña; y más cercano a los ocho caminos de los que habla el budismo para evitar el sufrimiento: aceptar las circunstancias, evitar el juicio, tener propósitos nobles…etc. “La amiga fiel” es la expresión de la virtud, ensalza dones desde el femenino: lealtad férrea, escucha activa, conexión con el instinto, permanencia, confianza y cuidado... alimentos del ánima que han sufrido graves plagas de las que, como mujer, no he estado exenta. (Lo vuelvo a decir: me queda todavía pendiente mucha limpieza profunda y mucho trabajo para reeducarme).

Así que, queridas ánimas, por encima de los conflictos de la cabeza que os compartía al principio, puedo escuchar a las mujeres de este cuento cantando al unísono, llamando a los elementos salvajes para que las acompañen en la otredad que hace de tejido interconectado.

Las imagino enraizadas en la montaña…celebrando un volver a pasar por el corazón con el alma corriendo con lobos.

Cada una de ellas aporta el alimento necesario para ser causa común y apoyo mutuo del bueno; sólo tenemos que cerrar los ojos y escucharlas.

¡Así cantan las ánimas sororas!:

Sólo soy una mujer montaña que se siente llena de paciencia. Sólo soy una mujer montaña que observa sin juzgar.

Sólo soy una mujer montaña que se ensueña con la luna llena. Sólo soy una mujer montaña que regala vida y paz.

¡Cuídame! Yo soy tú. ¡Cuídame! Yo soy tú. ¡Cuídame, cuídame, cuídame!

Sólo soy una mujer montaña que pervive en cientos de miradas. Sólo soy una mujer montaña que resiste al huracán.

Sólo soy una mujer montaña que ha sido testigo de la guerra. Sólo soy una mujer montaña que se calla y siente agotada.

¡Cuídame! Yo soy tú ¡Cuídame! Yo soy tú ¡Cuídame, cuídame, cuídame!

Sólo soy una mujer montaña que se siente llena de paciencia.

 

La canción cuya letra leemos al final de este artículo puede escucharse en el libro disco infantil de Susu titulado La media luna y las estrellas (2010, Alba Editorial).

 

 

Madre Ballena y El blues del pescador: Un Encuentro entre la Fantasía y la Melancolía

 

En un mundo donde la literatura y la música convergen, las historias cobran vida a través de palabras y melodías que penetran en los rincones más profundos del alma humana. En este caso quiero unir el cuento tradicional “Madre Ballena" y la canción "Blues del pescador", dos obras que, a pesar de pertenecer a distintos ámbitos artísticos, comparten un vínculo emocional y simbólico, porque tratan sobre la superación, la conquista de la libertad y el camino hacia el crecimiento personal.

El cuento "Madre Ballena" nos sumerge en un mundo de maravillas submarinas, donde la protagonista, Catalina, encuentra refugio en el vientre de una ballena después de ser traicionada por su vecina y su hija. A través de la lucha de la protagonista por liberarse y reunirse con su hermano, el relato explora temas como la lealtad, la traición y el sacrificio personal; mientras que la figura de la ballena se convierte en un símbolo de protección maternal y libertad espiritual.

Por otro lado, la canción "Blues del pescador" nos transporta a un estado de melancolía y anhelo, donde el narrador expresa su deseo de escapar de la realidad a través del mar y los trenes. Con metáforas evocadoras y una melodía envolvente, la canción nos invita a reflexionar sobre la búsqueda de libertad y redención en medio de las adversidades de la vida.

¿Qué conexión podemos encontrar entre estas dos creaciones aparentemente distintas? La respuesta yace en la exploración que realiza el ser humano en su búsqueda del desarrollo personal. Tanto "Madre Ballena" como "Blues del Pescador" tocan fibras emocionales y mentales, invitándonos a reflexionar sobre nuestra propia lucha interna y a encontrar el camino hacia la liberación emocional y espiritual.

Desde un punto de vista mental, ambos relatos nos llevan a cuestionar nuestras creencias y valores, así como a enfrentar nuestros miedos y dudas. Catalina, atrapada en el vientre de la ballena, representa la lucha interna de cada individuo por encontrar su lugar en el mundo y superar las adversidades que se presentan en el camino. Del mismo modo, el pescador de la canción enfrenta sus propios demonios mientras busca la redención en las profundidades del océano y la oscuridad de los trenes.

En el plano emocional, tanto el cuento como la canción nos invitan a explorar nuestras emociones más profundas y a encontrar consuelo en la música y la literatura. La melena dorada de Catalina y la música envolvente de "Blues del pescador" nos transportan a un estado de ensueño y reflexión, donde nuestras emociones fluyen libremente y nos permiten conectarnos con nosotros mismos y con los demás de una manera más profunda y significativa.

Finalmente, en un nivel intuitivo, tanto el cuento como la canción nos invitan a confiar en nuestra intuición y seguir el camino que nos lleva hacia la verdad y la autenticidad. A través de la lucha y la redención de los personajes, aprendemos la importancia de seguir nuestros instintos y escuchar nuestra voz interior, incluso cuando el camino parece oscuro y desafiante.

En conclusión, así como la música nos lleva en un viaje emocional a través de sus melodías, los cuentos nos transportan a mundos de fantasía y aventura que nos permiten explorar aspectos de nosotros mismos que de otra manera permanecerían ocultos. En "Madre Ballena", la lucha de Catalina por liberarse del vientre de la ballena se convierte en una metáfora de nuestro propio viaje hacia la libertad y la autenticidad. Del mismo modo, la canción nos invita a reflexionar sobre nuestra búsqueda de redención y liberación en medio de las adversidades de la vida.

En esta armonía entre los cuentos y la música, encontramos un reflejo de la armonía que buscamos en nuestras propias vidas. Tanto en la narrativa evocadora de un cuento como en la melodía conmovedora de una canción, descubrimos una conexión con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea, guiándonos en un viaje hacia la comprensión y la aceptación de quienes somos. En última instancia, es esta armonía la que nos permite encontrar consuelo y esperanza en medio de la incertidumbre y el caos, recordándonos que, en palabras de Friedrich Nietzsche, "sin música, la vida sería un error".

 

Blues del pescador

 

Quisiera ser pescador
Para surcar el mar
Lejos de tierra firme
Y poder olvidar
Echando fuera el sedal
Confiado y con amor
Bajo un techo de estrellas
Y radiando resplandor
En el cielo luz
Y en mi brazos tú

 

Quisiera ser conductor
De un tren que se va a estrellar
Sin freno al centro de la tierra
Cañón en la tempestad
Oír el carbón crepitar
Y las traviesas crujir
Conté pueblos al pasar
Una noche mágica
En el cielo luz
Y en mis brazos tu

 

Y me desprenderé
De los lazos que me atan
Los grilletes que me atrapan
Ellos solos se caerán
Y un buen día dispondré
Por fin pasaré a la acción
Conduciré el tren
Seré el pescador
En el cielo blues y en mis brazos tu

En el cielo luz
En el cielo luz
Y en mis brazos tu
En el cielo luz

 

 

La canción cuya letra leemos al final de este artículo puede escucharse en el disco Introversiones (2016) del grupo Celtas Cortos, y es una versión de “Fisherman's Blues”, el tema que da título al cuarto disco de la banda británica The Waterboys.

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